Creo que te lo he contado. Es una historia que suelo repetir porque nos ayuda a comprender mejor a nuestros sacerdotes. Solía entrar en un sitio católico en Internet para intercambiar opiniones, hablar de nuestra fe y hacer comentarios.
Allí conocí a una persona que se expresaba diferente. Cada palabra suya estaba llena de amor y de una gran espiritualidad. Los jueves por las noches hablábamos.
Me comentó que era sacerdote y estaba muy enfermo. Tenía una enfermedad incurable, en su fase final. Recuerdo que una noche sentí curiosidad y le pregunté: “¿Qué es lo que más te ha gustado de tu sacerdocio?”
Apareció en la pantalla de mi ordenador una sola palabra: “CONSOLAR”.
Fue lo último que supe de él. Me enseñó a valorar más a los sacerdotes.
Me impactó tanto que pensé: “Es lo que me gustaría hace con mis libros, dar abrazos en el alma, consolar”. No siempre lo he conseguido, pero no me rindo. (…)
Me gustaría recomendártelo para que lo leas y lo hagas circular. Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro. Éste lo es. Te ayudará a no rendirte ante las dificultades y a valorarte como hijo de Dios. Se titula: “NO ERES BASURA”.
¿Te gustaría adquirirlo? Es muy sencillo.