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El que se mencionara la “pobreza” no gustó en las redes sociales, y la BBC cambió el título del artículo al mismo tiempo que pedía excusas a sus lectores: “Coronavirus en Sudáfrica: los científicos exploran una sorprendente teoría sobre la baja tasa de mortalidad”.
La teoría es sencilla. Expertos y políticos han apuntado a las condiciones de vida de los townships, el hacinamiento en las viviendas, los servicios higiénicos comunales y la imposibilidad de mantener la necesaria distancia social, como causas de la expansión del Covid 19. Pero ahora algunos expertos se preguntan si no será verdad lo contrario, y el hacinamiento estará en realidad dando a la población una protección extra contra el Covid-19. ¿Cómo explicar si no, que Sudáfrica esté saliendo de la primera ola de la pandemia con una tasa de mortalidad siete veces menor que la del Reino Unido?
El 4 de agosto, Chris Baraniuk escribía en TheScientist: “Están apareciendo señales de que algunas personas han tenido mayor protección contra el SARS-CoV-2 gracias a haber sido infectados recientemente por otros coronavirus”. Al día siguiente Rachael Rettner afirmaba en LiveScience: “Los catarros comunes entrenan al sistema inmunitario para reconocer el Covid-19”. El 12 de agosto, The Conversation informaba que científicos del La Jolla Institute (California) habían constatado que los catarros pueden generar una reacción de inmunidad semejante a la causada por el Sars-CoV-2, el virus que causa el Covid19. La noticia ha saltado a la prensa general: “El resfriado podría proteger de la Covid”, titulaba El Mundo este 9 de septiembre. Y como no hay duda de que los catarros se transmiten rápidamente en situaciones de hacinamiento, ése sería uno de los motivos a los que los científicos sudafricanos atribuyen la baja tasa de mortalidad por el Covid-19.
Texto completo de Ramón Echeverría p.b.: Africa Alguna ventaja tenía que tener
Pamplona 9 de septiembre