2º domingo de adviento como familia misionera

COMENTARIO AL 2º DOMINGO DE ADVIENTO 2025

Mt 3, 1-12. Esta lectura nos habla de conversión, del reino y de un Bautismo de agua y del Bautismo en el Espíritu. Y quien nos habla de todo ello es Juan el Bautista, el primo de Jesús y el llamado “precursor”. Él lleva a su época y momento las poéticas palabras de Isaías en las que ya nos decía “preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”.

Este texto en muy pocas palabras nos presenta todos los Sacramentos que decimos de iniciación cristiana. Nos habla del Bautismo con agua, al poco de nacer cuando aún somos pequeños y no conocemos nada de Dios y de su reino, pero nos lo regalan nuestros padres y padrinos y la iglesia; nos habla también de la conversión, que se derrama en el sacramento de la Reconciliación y, finalmente nos habla del bautismo de espíritu y fuego que recibimos en la Confirmación, cuando ya siendo más maduros en nuestro conocer a Jesús queremos ser testigos suyos como Juan lo fue en su tiempo. Estos dos últimos, su perdón y su Espíritu y todos sus dones son un regalo del Señor.

Nosotros, Guiomar y Juan, padres de Lope y Bosco formamos una familia cristiana que trata de hacer presente todo esto que condensa este Evangelio. Somos una pequeña iglesia doméstica y aspiramos a ser universal y misionera. Como padres, nos sentimos interpelados como Juan a anunciar a nuestros hijos al Señor y su reino. Nosotros, que ya hemos conocido y seguimos aprendiendo del Señor queremos anunciar su amor y misericordia como centro y referencia segura para sus vidas. El resultado es incierto y puede que crezcan conociendo a Jesús, pero no creyendo en Él o siguiendo su camino. Aun así, debemos testimoniar a Cristo en nuestro día a día en todos los ambientes y en nuestro tiempo libre de manera coherente, natural y sincera. De ahí que se diga en el texto: “Y no os hagáis ilusiones pensando: “Tenemos por padre a Abraham”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abraham hasta de estas piedras”. Llegará el día en que conociendo más íntimamente al Señor y siguiendo sus caminos y compartiendo su fe con otros prójimos quieran recibir ese bautismo de fuego que pidan libremente en el sacramento de la Confirmación.

Nosotros como Juan el Bautista no nos quedamos solo en casa , y por eso con ese espíritu misionero salimos a las calles, colaboramos en los cursillos prebautismales de nuestra parroquia, comentando a otros padres como poder transmitir la fe a nuestros hijos; y hoy también aprovechamos estas líneas para deciros a todos los que nos leéis, que el Señor viene, que un año más quiere hacerse presente en nuestras vidas, como un niño pequeño y pobre pero que guarda un tesoro muy grande, el de nuestra felicidad y salvación. Este Adviento, no nos cansemos de anunciar a todos y en todo lugar que el Señor está cerca, que aprovechemos para tener ese encuentro personal con Cristo que cambia nuestras vidas.

Guiomar y Juan, Lope y Bosco.