
«Los enfermos son mi familia». La familia de fray Serge Okpo Ollo está compuesta por leprosos y personas afectadas por la úlcera de Buruli. El guardián de los frailes menores capuchinos en Costa de Marfil los consuela, les ofrece comida y leña, y los acompaña en su tratamiento. Quiere contribuir a su curación y liberarlos del estigma de la enfermedad. Cada semana, para llegar hasta ellos en las pequeñas y remotas aldeas del noroeste del país, a pesar de los 700 kilómetros que lo separan de ellos, el sacerdote recorre caminos accidentados y polvorientos: conduce el coche durante un tramo, la motocicleta durante otro y afronta el último a bordo de una piragua.
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