

Álvaro Enríquez de Salamanca, Universidad Complutense de Madrid / 9 junio 2022 20:06 CEST
La erosión costera en África Occidental es motivo de preocupación mundial. La comunidad internacional debe unirse para hacer frente al cambio climático que está provocando el retroceso.
El retroceso de las costas en África Occidental es un problema acuciante. El contacto entre la tierra y el mar en las costas produce intensos procesos de erosión y sedimentación. Cuando la erosión es más intensa que los depósitos de tierra y arena, el mar avanza y el litoral retrocede. Esto puede ser causado por tormentas intensas, obras costeras, extracción de arena o la subida del nivel del mar.
Recientemente, Naciones Unidas ha puesto de relieve los impactos asociados a la extracción de arena, un problema con muchas consecuencias medioambientales y sociales.
Senegal es un ejemplo de erosión costera. Entre 1954 y 2002, el litoral del país retrocedió una media de 2,2 metros al año, llegando a los tres metros anuales entre 2014 y 2018. Este retroceso costero está destruyendo casas, edificios turísticos e infraestructuras pesqueras, y provocando la desaparición de playas y la pérdida de tierras agrícolas.
El avance del mar también está haciendo que las aguas subterráneas sean más salinas e inadecuadas para el consumo humano y la agricultura. En las zonas de estuario, el aumento de la salinidad afecta a los manglares y a la pesca.