

Este 27 de mayo, Diébédo Francis Kéré recibirá el premio Pritzker 2022, el mayor galardón internacional de arquitectura. Original de Burkina Faso, su trayectoria comienza en Gando, donde nació, una aldea remota sin electricidad ni agua corriente. En esta entrevista, explica su origen tradicional, su amor por la naturaleza y su persistente voluntad de cambiar la vida de sus compatriotas burkineses con su trabajo. Y de África entera…
Pregunta. Usted nació en Gando, un pueblo de Burkina Faso. ¿Con qué frecuencia regresa a su país o África Occidental, y qué le aportan estos viajes en cuanto a inspiración y motivación?
Respuesta. No deja de cambiar. Al final, todo se reduce a mi amor por la naturaleza y la manera en que la naturaleza crea estructuras. Si miras una duna, es un fenómeno muy simple y a la vez muy hermoso. Cuando tenía que trabajar en la ciudad maliense de Mopti, viajaba en coche y cruzaba el desierto. Por el camino, me paraba a mirar y estudiar el paisaje, realmente me tomaba mi tiempo para apreciarlo. Es sencillamente precioso. Estudiaba la forma en que el viento ha moldeado la arena y cómo la luz rompe y produce olas de sombras. Hay algo en el desierto que es monumental, interminable… No me canso de mirarlo.