Wagner se va de Mali, el Kremlin, no

La salida de Wagner en Mali no implica la salida de Rusia, sino la centralización en el Kremlin de toda responsabilidad militar en el país

AFRICA MUNDI

Esta semana una noticia ha ido por todos los medios internacionales: el Grupo Wagner, aquel que iba a sustituir a los franceses y tropas europeas pro-occidentales, profundamente colonialistas y antiafricanas cual hermano blanco de los colegas sahelianos, anunciaba su salida de Mali. Allí llegaron con el golpe de Estado que subió a Assimi Goïta al poder y comenzaron a operar, llegando a ser unos 1.500 soldados, pero poco más de tres años después se quedan a cero. Ahora: ¿Rusia se retira de Mali?

La realidad es bien distinta. La salida de Wagner no implica la salida de Rusia, sino la centralización en el Kremlin de toda responsabilidad militar en Mali y el fracaso del modelo de grupo paramilitar privado. Con la caída en desgracia y muerte de Yevgheny Prighozin en agosto de 2023, el Grupo Wagner quedó descabezado y sus otroras victorias en el país, como la recuperación del territorio de Kidal en el norte de los Azawad, pasaron a verse reducidas.

Así pues, la muerte de casi 80 soldados malienses y miembros Wagner en Tinzawatene en julio de 2024 dejó claro a Goïta y al mundo que Wagner no era ya un socio fiable sin el apoyo del Kremlin ni la financiación. Los esfuerzos entonces se han centrado en  Africa Corps, que como bien analizó Jesús Romero en este medio  ha asumido la gran parte de todo lo que hacía el Grupo Wagner, con cerca de un 80% de sus combatientes siendo exmercenarios Wagner, pero le da un aire institucional a las relaciones. Ahora
sí maneja todo Vladimir Putin, no como antes.

Africa Corps: el Kremlin en el Sahel

Entonces no, Rusia no se ha ido, pero ahora sí es responsable directa del fracaso de unas juntas militares incapaces de contener la escalada yihadista. En Mali han muerto en tres ataques a bases militares al menos 150 soldados malienses en dos semanas, la mitad de las cerca de 300 vidas contando a Burkina Faso y Níger.

En sus horas más bajas, la salida de Wagner pone presión sobre Goïta porque al fin y al cabo contará con menos efectivos, por mucho que quedaran pocos, y deja al Kremlin como su interlocutor para todo… mientras este sigue centrado en Ucrania. Una fórmula que no ha dado éxito y puede hacer saltar todo por los aires. Ojo a esto.

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