¿Sólo por extorsiones, apropiación de tierras o persecución religiosa
Dieciocho sacerdotes secuestrados en Nigeria desde principios de año (siete en lo que va de julio) y cuatro asesinados. A este trágico balance, hay que añadir el de una setentena de fieles cristianos masacrados durante tres ataques a otras tantas iglesias (dos católicas y una bautista) desde el pasado mes de mayo. ¿Cuál es la razón por la que los cristianos están en el punto de mira de bandas de delincuentes y organizaciones yihadistas en un país que parece en descomposición?
«Es verdaderamente triste -decía hace unos días una declaración de la Asociación de Sacerdotes Católicos Diocesanos de Nigeria enviada a Ayuda a la Iglesia Necesitada– que en el curso de sus actividades pastorales habituales, los sacerdotes se estén convirtiendo en una especie en peligro de extinción. Según la Asociación, se ha solicitado ayuda al Gobierno en varias ocasiones y a diversos niveles, sin embargo, como también señala la Conferencia Episcopal de Nigeria, «está claro para la nación que (el gobierno) ha fracasado en (su) deber primordial de proteger las vidas de los ciudadanos nigerianos»
El último caso sucedió el pasado viernes, cuando dos sacerdotes fueron secuestrados en la diócesis de Kafanchan. Uno de ellos logró escapar; el otro, desgraciadamente no, y fue asesinado. En este caso, como en el de la mayoría de los restantes, se trata de secuestros con la finalidad de extorsionar y conseguir dinero a cambio de la liberación.
Sin embargo, otros ataques y asesinatos tienen como finalidad amedrentar a la Iglesia y a los fieles para que abandonen los territorios que ocupan. Es lo que sucedió en el estado de Benue, tras la masacre de hace unas semanas, que provocó el desplazamiento de hasta millón y medio de personas, como reconoció a Ayuda a la Iglesia Necesitada Wilfred Chikpa Anagbe, obispo de Makurdi, una de las diócesis afectadas.