

«La paz está en el corazón de las religiones, en sus Escrituras y en su mensaje»
Hernán Reyes Alcaide, corresponsal en el Vaticano
Pacem in terris. Paz en la Tierra. El grito desesperado de la encíclica de Juan XXIII volvió hoy a resonar en el corazón de Roma. El «grito de la paz», que hizo confluir a las voces de todos los golpeados por los conflictos bélicos del mundo, estuvo esta tarde en boca del papa Francisco, el gran líder global en lo que a antiarmamentismo se refiere (aunque no solo).
Y se trata de un grito en el que se unen las religiones y Francisco pide a los gobernantes del mundo que escuchen «con seriedad y respeto«. Un grito que, pese a las tragedias del siglo XX, hace falta renovar, con el agregado poco feliz de un posible desenlace atómico otra vez a la «vuelta de la esquina». Y por eso la renovada advertencia bergogliana ante las amenazas que se hacen «abiertamente» del posible uso de armas atómicas.
«Lamentablemente, desde entonces, las guerras nunca han dejado de ensangrentar y empobrecer la tierra, pero el momento que estamos viviendo es particularmente dramático», lamentó Francisco tras encabezar una oración interreligiosa junto a otros participantes del encuentro.
Para el Papa, en ese marco, «la paz está en el corazón de las religiones, en sus Escrituras y en su mensaje«.
«En el silencio de la oración, esta tarde, escuchamos el grito de paz: paz sofocada en tantas regiones del mundo, humillada por demasiada violencia, negada incluso a los niños y ancianos, que no se libran de la terrible dureza de la guerra», agregó luego Jorge Bergoglio para cerrar el evento en el que también expusieron los presidentes de Francia, Emmanuel Macron y de Italia, Sergio Mattarella, entre otros participantes.
«Este año nuestra oración se ha convertido en grito, porque hoy la paz está gravemente violada, herida, pisoteada: y esto en Europa, es decir, en el continente que en el siglo pasado vivió las tragedias de las dos guerras mundiales», planteó hoy el pontífice al cerrar un encuentro de tres días dedicado a la paz en el Coliseo de Roma.