


persistentes que afectan a los países más pobres y que involucran al 15 % de la población mundial, que produce menos del 2 % del PIB global.
Ante los retos a los que se enfrentan el continente africano y los países menos desarrollados, la Santa Sede recuerda la urgencia de un multilateralismo capaz de volver a situar en el centro a la persona humana, su dignidad y sus posibilidades reales de desarrollo. En su intervención en la 72ª reunión de la Trade and Development Board de la UNCTAD, la Misión Permanente de Observación de la Santa Sede ante las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales, con sede en Ginebra, subrayó que el crecimiento económico, la tecnología y la gobernanza deben converger hacia un único objetivo: «Ofrecer a cada persona los medios para desarrollar su potencial».
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