

Patrick Gathara – THE NEW HUMANITARIAN
El país ha experimentado una oleada de asesinatos policiales en las últimas semanas, que se han cobrado la vida de al menos otros 20 kenianos tan solo este mes.
Las manifestaciones, celebradas en el aniversario del asalto al Parlamento el año pasado por manifestantes de la Generación Z, tienen lugar apenas una semana después de que la policía de la capital, Nairobi, disparara en la cabeza a un comerciante callejero keniano desarmado, Boniface Kariuki, durante los disturbios por la muerte bajo custodia policial de otro joven, Albert Ojwang‘.
La indignación pública por los dos últimos incidentes ha obligado a un subinspector general de policía a dimitir (aunque el estado ha sido acusado de protegerlo del procesamiento) y ha llevado a las autoridades a imputar a varios agentes de policía. Sin embargo, la justicia sigue siendo esquiva para la mayoría de las víctimas, incluidas las más de 60 personas asesinadas por la policía durante las protestas de 2024.
Combatir la violencia policial fue un pilar fundamental de la campaña presidencial de 2022 del presidente William Ruto, pero desde que asumió el poder ha recaído en los hábitos de sus predecesores, utilizando la fuerza como herramienta para reprimir la disidencia popular. La persistencia del problema, que ha desafiado décadas de intentos de reforma, pone de relieve la dificultad de transformar las instituciones coloniales construidas para reforzar el dominio y la extracción de una pequeña élite. El problema no es solo político, sino institucional…
Patrick Gathara – THE NEW HUMANITARIAN (Ver artículo completo)