BERLÍN –Los conflictos armados, la pandemia covid-19 y el cambio climático han tenido efectos devastadores en la salud de las mujeres, jóvenes y niños, expuso un informe de agencias de las Naciones Unidas presentado este martes 18 en la Cumbre Mundial de la Salud en esta capital.
El secretario general de la ONU, António Guterres, comentó a propósito del informe que “en el centro de nuestra promesa incumplida está la incapacidad de abordar las enormes desigualdades que están en la raíz de las crisis mundiales, desde la pandemia hasta los conflictos y la emergencia climática”.
El informe “describe los impactos de estas crisis en mujeres, niños y adolescentes, desde la mortalidad materna hasta la pérdida de educación y la desnutrición severa”, observó Guterres.
La autoría del informe corresponde a la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), junto a entidades privadas aliadas.
Los datos presentados en el informe muestran una regresión crítica en prácticamente todas las medidas principales del bienestar infantil y muchos indicadores clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de la Agenda de la ONU para 2030.
Un niño nacido en un país de bajos ingresos tiene una esperanza de vida promedio al nacer de 63 años, en comparación con 80 en un país de altos ingresos, y esa devastadora brecha de supervivencia de 17 años cambió poco en los últimos años.
En 2020, cinco millones de niños murieron incluso antes de los cinco años, en su mayoría por causas prevenibles o tratables. La mayoría de las muertes y mortinatos de madres, niños y adolescentes se concentran en solo dos regiones: África subsahariana y el sur de Asia.
Más de 45 millones de niños sufrieron desnutrición aguda en 2020, una condición potencialmente mortal que los deja vulnerables a la muerte, retrasos en el desarrollo y enfermedades. Casi las tres cuartas partes de estos niños viven en países de ingresos medianos bajos.






