Aunque la cobertura vacunal en España es de momento insuficiente, 3 millones de personas vacunadas son muchísimas. Y la cifra crece cada día. Saber qué pueden hacer y qué no es fundamental.
El 27 de diciembre de 2020 no fue un domingo cualquiera. Araceli Rosario Hidalgo, nacida en 1924 e interna en una residencia de personas mayores de Guadalajara, recibió la primera vacuna contra la CoViD-19 administrada en España.
Desde entonces (y hasta primeros de abril) se han administrado 10 millones de dosis. Casi el 15% de los mayores de 18 años (6,8 millones) ha recibido al menos una, y el 6,4% (algo más de 3 millones) la pauta completa.
Aunque el Gobierno anuncia una fuerte aceleración de la vacunación, son todavía cifras insuficientes para controlar la pandemia. La 4ª ronda del Estudio Nacional de Seroprevalencia (ENE-COVID), finalizada en noviembre de 2020, mostraba que el 10% de los españoles (más del 17% en alguna Comunidad como Madrid) tenía anticuerpos frente al SARS-CoV-2 por haber pasado la enfermedad. Y todos sabemos cómo de dura fue la tercera oleada iniciada el mes siguiente.
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Para los CDC, y desde este mes, los vacunados deberían seguir llevando mascarilla y manteniendo la distancia en público, con personas de más de dos hogares o con personas vulnerables. También deberían evitar espacios mal ventilados y reuniones numerosas, usar mascarilla en el transporte público (y las estaciones), realizarse pruebas al volver a Estados Unidos y realizarse pruebas (y aislarse) si desarrollan síntomas. Además de seguir las recomendaciones específicas que puedan existir en algunos centros o lugares de trabajo.
Sin embargo, los CDC ( Center for Disease Control and Prevention (CDC)) sostienen que los vacunados completamente pueden reunirse en interiores con otras personas completamente vacunadas sin máscara ni distancia, o con personas no vacunadas de otro hogar (siempre que no sean de riesgo).