Durante su discurso en el debate de alto nivel de la Asamblea General, el Sumo Pontífice destacó la urgente necesidad de apoyar la salud pública y de garantizar el derecho de cualquier persona a recibir atención médica básica.
Al mismo tiempo, instó a los gobernantes y al sector privado a tomar las medidas necesarias para asegurar el acceso general a la vacuna contra la COVID-19, agregando que, si hubiera que favorecer a alguien sea al “más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos”.
El efecto de la COVID-19 y las nuevas tecnologías en el trabajo
Ante un sector laboral que se debate entre la incerteza y la robotización, el Papa reivindicó la necesidad de encontrar nuevas fórmulas laborales que puedan satisfacer el potencial humano y que garanticen nuestra dignidad.
Para alcanzar este trabajo digno destacó la necesidad de “cambiar el paradigma económico dominante que sólo busca ampliar las ganancias de las empresas” y añadió que uno de los principales objetivos de los empresarios debería ser el ofrecer empleo a más personas.