Los costes de la energía solar y eólica se han reducido un 85% desde 2010. Las leyes han mejorado la eficiencia energética, reducido la deforestación y acelerado la difusión de fuentes renovables. La tasa de crecimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero se desacelera y, sin embargo, entre 2010 y 2019, se registraron los niveles más altos de la historia. La conclusión del último informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), publicado en abril por 278 científicos de 65 países, está muy clara: se han sentado las bases para salvar el planeta, pero este seguirá enfermo sin una voluntad urgente de los gobiernos de reducir drásticamente el carbón, el petróleo y el gas. Y será imposible contener el calentamiento global en el límite de 1,5 grados desde los niveles preindustriales, según estableció en noviembre en Glasgow la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26).