Discurso del Papa en la clausura del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
«Trascendencia, fraternidad, adoración al Altísimo y acogida a los demás». Éstas son, según el Papa Francisco, las claves para construir la paz. Por eso, en un mundo marcado por «el odio y las divisiones» y sacudido por «el terrorismo de matriz pseudorreligiosa, el extremismo, el radicalismo, el nacionalismo alimentado de sacralidad», el Papa pide «una sana relación entre política y religión» y el sacrosanto derecho a la libertad religiosa: «Quien desee expresar de manera legítima su propio credo, que sea amparado siempre y en todo lugar», recalcó en su discurso de clausura del VII Congreso de Líderes de Religiones Mundiales y Tradicionales
Pero el Papa constata que, todavía hoy, muchas personas «son perseguidas y discriminadas por su fe». De ahí que Francisco defienda «para todos el derecho a la religión, a la esperanza, a la belleza, al cielo» y alce la voz para gritar la primacía de la persona humana, que «no se reduce a lo que produce». Y advierte, para finalizar, a los líderes de las grandes potencias que «sólo sirviendo a la paz, el nombre de ustedes (los líderes mundiales) será grande en la historia».
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Por otro lado, una trascendencia que no debe ceder a la tentación de transformarse en poder, pues de otro modo el cielo caería sobre la tierra, el “más allá” divino quedaría atrapado en el hoy terreno, el amor al prójimo en elecciones partidistas. Por lo tanto, “no” a la confusión. Pero también “no” a la separación entre política y trascendencia, ya que las más altas aspiraciones humanas no pueden ser excluidas de la vida pública y relegadas al mero ámbito privado.