Lucas 19,28-40/ Isaías 50,4-7/ Filipenses 2,6-11 / Lucas 22,14 – 23,56
Domingo de Ramos, domingo de contrastes entre la lectura del evangelio que precede a la Procesión de las Palmas y la lectura de la Pasión unos minutos después; contraste entre el “Hosanna, bendito el que viene” de la multitud, y el “crucifícalo” de esa misma multitud unos días después. Y puesto que el evangelio según Lucas (¡Importante este “según”!) nos acompaña durante este año litúrgico “C”, he querido reflexionar sobre la presentación que Lucas hace de esos contrastes. Según Lucas, en la entrada a Jerusalén, “la masa de los discípulos” proclamó: “Bendito el que viene como rey, en el nombre del Señor”. Pero según Mateo y Marcos, los que gritaron fueron simplemente “los que iban delante y detrás”. Así pues, Lucas parece interesarse sobre todo por la actitud de los discípulos. Y esto da aún mayor importancia a lo que Jesús les dijo en un momento de enorme intimidad, el de la última cena juntos, antes de su muerte, una enseñanza que Mateo y Marcos sitúan en contextos diferentes y menos importantes (Mt 26,20-25; Mc 14, 17-21)
Jesús acababa de dar gracias por el pan y el vino. Les había dicho que uno de ellos lo iba a traicionar. Entonces “los Apóstoles comenzaron a preguntarse unos a otros quién de ellos podía ser el que iba a hacer eso. Y se pusieron a disputar sobre quién de ellos debía ser tenido como el primero. Jesús les dijo: «Los reyes de los gentiles, y los que ejercen la autoridad se hacen llamar bienhechores. Vosotros no hagáis así, sino que el primero entre vosotros se porte como el menor, y el que gobierne, come el que sirve. Porque, ¿Quién es más, el que está en la mesa o el que sirve?, ¿verdad que el que está en la mesa? Pues yo estoy en medio de vosotros como el que sirve»”. (Lucas 22,23-27)
Texto completo: Domingo de Ramos y de la Pasión C-Echeverría