“Migrantes” o “inmigrantes”. En concreto “africanos”. “4.531 migrantes” en total han llegado en octubre a las Islas Canarias en “cayucos”, “pateras” o “barca”, según prefieras. Son “irregulares” o “ilegales”, adjetivo necesario por si no quedaba claro. Las Islas Canarias ha recibido el mayor flujo desde 2006. A El Hierro han llegado 2.300 en una isla donde viven poco más de 11.000 personas. Desbordados.
La elección de las palabras para describir la migración es significativa del enfoque que se le da en los grandes medios españoles. No son personas, ni tienen nombres, sí números de los cuales se sabe su continente. A veces, como mucho, su país: Senegal o Gambia. Poco más.
Algunos pocos, como María Martín en El País, se afanan en explicar un contexto para explicar los altos números. La deriva antidemocrática de Senegal, un país relativamente estable y democrático donde el principal opositor y esperanza de los jóvenes, Ousmane Sonko, acaba siendo condenado a dos años de prisión en un juicio farsa y haciendo una huelga de hambre que le hace ser hospitalizado. La gente pierde la fe y se marcha.
Otros, como en RTVE, hablan de la pesca, de la falta de ella, precisamente. Los Acuerdos de Pesca de la Unión Europea con el gobierno de Senegal ha dejado sin trabajo a los senegaleses, ya que los grandes barcos dejan sin atunes ni merluza negra a los pequeños pescadores sin capacidad de adentrarse en el océano. Un gobierno senegalés que le beneficia sacar a esos jóvenes descontentos para que no remuevan las calles y si envíen remesas desde el extranjero para sostener una precaria economía.
Todo ese contexto queda escondido entre los números, sin el espacio que merece. No se habla lo suficiente de cómo el cambio climático es vital para ver tantas llegadas en octubre, como menciona Txema Santana. Llegadas y no muertes. Con el mar en calma es más fácil navegar, por no hablar de los cambios en las producciones agrícolas y pesqueras, por los cambios en las lluvias y temperaturas del agua. No se habla tampoco de sus capacidades, de lo que pueden y quieren aportar a la economía, de la necesidad de mano de obra en una sociedad estanca, acomodada y envejecida como la española.
Para seguir leyendo: https://africamundi.substack.com/p/boza?utm_campaign=email-half-post&r=22fs2e&utm_source=substack&utm_medium=email