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“Pero, al fin y al cabo, ¿para qué sirve ser cristiano, seguir el evangelio, pertenecer a la Iglesia…?” Mi respuesta, como es fácil de imaginar no pudo sino estar a la altura de la pregunta en cuanto a claridad y rotundidad; y supongo que es la misma que le viene inmediatamente a la cabeza a cualquiera que me esté leyendo: “Ser cristiano no sirve absolutamente para nada. Para lo único que os puede ‘servir’ es para complicaros la vida…”.
Sin embargo, en realidad no fui del todo tan radical y desafiante como el propio evangelio y las palabras de Jesús muestran, porque debería haber añadido: “para hacer el ridículo…”. Sí, para hacer el ridículo ante los sesudos, educados y modélicos ciudadanos del mundo, y ante nuestros propios conocidos y vecinos… Es ése el único aspecto en el que Jesús “no tiene compasión”, aunque nunca nos deje en la estacada…
Es sorprendente que Jesús no tenga miedo, vergüenza, ni “prudencia”, para decir que “hay que poner la otra mejilla” o “dejarse arrebatar el vestido…” ¿O se trata sólo de retórica?… ¿Acaso es una forma dulzona e ingenua (y también un poco “irresponsable”) de hablar, que justificaría todas las humoradas y chistes al respecto?…
Juan León
Para seguir leyendo: http://rescatarlautopia.es/2020/02/21/hacer-el-ridiculo-mt-5-38-48/